jueves, 12 de diciembre de 2013
Mi primera visita a Cheshire Home en Serampore en Septiembre de 2012
El taxista que nos llevó desde la estación de Howrah en Kolkata hasta Serampoore no sabía llegar al Hogar Cheshire Home, pero nada más llegar a Serampoore se paró a preguntar a la gente que estaba en la calle, e inmediatamente todos a la vez, como suele pasar en India, le indicaron donde estaba. Me sorprendió bastante que todos lo conocieran.......
Cuando llegamos Nur y yo a la puerta del Hogar Cheshire Home/ Convento de la Orden de las Hijas de la Caridad, aunque por diversas circunstancias no sabían que llegábamos ni quienes eramos, salieron a recibirnos, con una amabilidad que me emocionó, la Madre Superiora Sister Teresita, y dos hermanas más.
Después de explicarles el motivo de nuestra visita nos pidieron que por favor esperáramos un momento y corrrieron hacia arriba para prepararnos una habitación en sus dependencias privadas, lo que no es muy común.
Las trabajadoras de la zona donde nos encontrábamos, la de las mujeres, nos invitaron a tomar asiento en el corredor que da al jardín, donde también estaban sentadas algunas de las residentes.
Todas las que pudieron se acercaron a saludarnos de la manera en que ellos lo hacen (con las palmas de las manos juntas a la altura del pecho e inclinando levemente la cabeza diciendo NAMASTE) , y nos cogían de las manos.
Una de ellas, que era invidente, empezó a cantar una dulce canción.
Tenía una maravillosa voz tan expresiva que me llegó al alma y no pudé contener las lágrimas de emoción.
Cantaba en lengua Bangla (Bengalí) y por supuesto no entendíamos nada, pero más tarde nos explicaron que era una canción de bienvenida lo que todavía nos emocionó más.
Al momento bajaron las hermanas, nos ayudaron a subir las maletas y nos acomodaron en nuestra habitación. Era una humilde y pequeña estancia con baño a la que no le faltaba de nada.
Daba al corredor desde el que se ve una hermosa vista del Río Howghly (un brazo del Ganga), los bosques que hay en la otra orilla, y el trasiego de gentes bañándose en el Río, paseando, y desde donde también se escuchan los cánticos de los rezos del Templo Hinduísta y la Mezquita.
Después de organizar nuestras pertenencias en la habitación y asearnos, nos reunimos con las hermanas y nos explicaron los horarios, la organización del Hogar, ….
Después de tomar la comida con ellas, nos enseñaron las distintas zonas del Hogar, y nos presentaron a l@s residentes, los cuales al saber que éramos amigas de su querida didi Bea, que estaba por llegar en unos días, nos recibieron con emotivos abrazos y efusivas muestras de cariño.
También conocimos a l@s trabajadores que ayudan a las hermanas en las interminables tareas que se llevan a cabo en la casa.
Aunque por el idioma no nos podíamos entender, la comprensión emocional se hacía notar?
Durante los días que estuvimos Nur y yo allí, mientras esperábamos a Bea, empezamos a preparar el material que habíamos traido para trabajar con algunas de las residentes, y en cuanto llegó nuestra querida amiga comenzamos a hacer los talleres para desarrollar su motricidad, creatividad y expresión …
Además de las chicas con las que supuestamente podíamos contar, por sus habilidades y posibilidades, para desarrollar los talleres, algunas de las otras al verlas divertirse y entretenerse se quisieron unir al grupo de trabajo.
Sorprendentemente a pesar de las aparentes dificultades de cada una de ellas para moverse, hablar, expresarse, su actitud fue muy positiva.
Escuchaban las explicaciones atentamente, aunque no entendían el inglés casi a excepción de una; y se les veía con muchas ganas de aprender y hacer cosas.
Aunque algunas de ellas solían estar más dispersas, cada una con sus características personales iba mejorando cada día y se exigían una perfección sorprendente para mi.
La ilusión con la que esperaban cada mañana las tareas a desarrollar era digna de admirar.
Alternábamos el trabajo con el grupo de las chicas con las visitas y charlas con los demás residentes (las mujeres y los hombres).
Aunque verbalmente me costaba mucho entenderles y expresarme, sentía una conexión especial que me hacía compartir hermosos sentimientos, sobre todo con algunos de ellos.
La comunicación visual y el contacto físico eran la base de la expresión y me resultaba muy natural.
El brillo de sus miradas llenas de alegría y las sonrisas que te regalaban a cada instante y que te contagiaban su felicidad se grabaron en mi corazón para siempre.
El coraje con el que aceptaban su condición era una Gran Enseñanza para mi.
Como Maestros que tuve el privilegio de encontrar al cruzarse nuestros caminos les estaré eternamente agradecida, y humildemente mi alma se postra a sus pies.
También la cordialidad de las hermanas y su cariñoso trato me hacían sentir una enorme gratitud por todo lo que se me había dado la posibilidad de vivir en aquel Hogar.
Para mi fue un gran descubrimiento el poder comprobar la dedicación absoluta de las hermanas y lo que en India significa la caridad;
en realidad es un compartir, no creer que das algo o ayudas, si no que en realidad recibes.
Como decía la Gran Alma de India, Gandhi, todo lo que no das lo pierdes.
Personalmente aprendí y disfruté muchísimo con todos, y sobre todo me llevé una gran lección de vida: la Felicidad es una elección que depende de uno mismo y no de las circunstancias externas
.Si ellos eran felices a pesar de todo un cúmulo de, para mi mente occidental, adversidades y de sus desafortunadas vidas, como no lo ibamos a poder ser los demás???
Por difícil que me pareciera en esos momentos, sobretodo viendo lo que me rodeaba allí, así me lo demostraron los residentes de Cheshire Home.
Y así inundó mi corazón ese hermoso descubrimiento que, aunque teóricamente tenía asumido desde hacía mucho tiempo, hasta ese momento no había podido asimilar interiormente.
Desde ese instante me plantée nuevamente, como ya había hecho en muchas otras ocasiones, el firme propósito de buscar dentro de mi la felicidad a través de la humildad y la aceptación; y aunque sabía que por mi manera de ser no me resultaría nada fácil, inicié el camino con alegría y mucha ilusión.
Y en ello estoy …....
La razón por la que estábamos en el Hogar Cheshire Home para personas discapacitadas era el haber tenido la gran suerte de haber conocido a una maravillosa persona, Beatriz Jabaloyas, que estaba, desde hacía 2 años, llevando a cabo un precioso proyecto: Mudra's Love, organizando eventos solidarios en Valencia para poder recaudar fondos para colaborar en la formación y educación de estas personas.
Conocí Mudra's Love en Valencia acudiendo a uno de sus eventos, y desde el momento en que vi las fotos y el vídeo sobre la organización y los residentes que se estaban proyectando supe que quería ir a conocerles.
Sentí la necesidad de colaborar humildemente como fuera, y empecé a ayudar un poquito en los eventos siempre que podía.
Inicié una hermosa amistad con Bea a la que sin conocer ya admiraba por su implicación en el proyecto, y ella cada día me contagiaba más las ganas de viajar a Calcuta a conocer personalmente a las personas que formaban parte de este lindo proyecto.
Poco a poco Bea me fue informando de más detalles y me fui involucrando más y más.
En el camino conocí a personas maravillosas que de una u otra manera
colaboraban en el proyecto.
Compartíamos momentos hermosos en la preparación de los eventos, durante su celebración y después en las cenitas/reuniones
Con el paso del tiempo y siempre animada y contagiada por el espíritu de Bea, decidimos junto con Nur, compañera de Danza y voluntaria también en los eventos y que durante el viaje se convirtió en gran amiga, que ese mismo verano iríamos a visitar Cheshire Home en Serampoore (Calcuta).
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Mudra's Love